La mayonesa es una de las salsas más conocidas del mundo, pero en Japón cuenta con unas características propias que han hecho de ella un plato característico de su
cocina.
Si bien el origen de la mayonesa como tal no está muy claro, se habla de Francia o la isla de Maó como sus lugares de creación, lo cierto es que es una salsa que se ha expandido por todo el mundo, convirtiéndose en una receta tradicional en numerosas cocinas. Se dice que la mayonesa se hizo popular en Japón a partir de 1925, aunque su manera de prepararla, así como el resultado final, es único.
La mayonesa japonesa, cuya marca más conocida es Kewpie, mantiene los ingredientes básicos de toda mayonesa, es decir, aceite, huevo y sal, pero añade otros que son propios de su gastronomía tradicional, como la salsa de soja, el vinagre de arroz y el glutamato monosódico o el wasabi. Hay que tener en cuenta que no hay una receta unificada y existen numerosas variantes.
La preparación es sencilla. Se bate el huevo con salsa de soja mientras se añade el aceite poco a poco. Cuando este se acaba pasamos a añadir el vinagre y, si queremos, el glutamato o el wasabi, para los amantes del picante. Cuando se ha montado la guardamos en la heladera para se enfríe un poco y ya la tenemos lista para servir. Recorda tener mucho cuidado con la sal, la salsa de soja suele ser suficiente para darle sabor. Encima de unas papitas... caramba !!!
Hoy en día es una salsa muy popular en Japón, la Kewpie en concreto tiene su propia receta, como toda gran marca que se precie. Usan solo la yema del huevo y usan varios aceites vegetales, además de una selecta combinación de especias e incluso vinagre de manzana. Esta mayonesa se consume con arroz de sushi, atún, ensaladas, bocadillos, huevos duros y, cómo no, con papas fritas como dijimos mas arriba.